Estamos en una época en la que se aproxima el frío, las horas de luz son menos, y todos cuando llegamos a casa, esperamos con ansia que la cena esté hecha y poder acurrucarse bajo una manta como si de una noche de invierno se tratara. Es por ello, que no queremos hacer recetas muy elaboradas, ni que requieran ingredientes complejos, así que me he decantado por una receta tradicional; el membrillo, un dulce muy típico de los pueblos, en los que cuando el árbol del membrillo está maduro, la casa se llena de ellos. Apostaría a que a alguno de vosotros, os ha sorprendido el color de este, ¿Por qué es rojo? El color rojo, nada que ver con el color ámbar del dulce de membrillo que se comercializa en los supermercados, se debe a la oxidación de éste, junto con otras reacciones.
Después de estar una semana practicando haciendo membrillos (podéis suponer como estará mi nevera), he llegado a la conclusión que adquiere este color no por cuestión de temperatura, sino por tiempo. Colores aparte, vamos a hablar de sabores, si vuestra idea es hacer un membrillo clásico, nada que objetar, pero si como yo, tenéis muchísimos membrillos con los que poder probar, podéis hacer variaciones añadiéndole algún aromático como la canela, anís estrellado, pieles de naranja, reducciones de licores…
Ingredientes Para 1 kilo de membrillo
- Para el membrillo:
- 4 membrillos maduros (en limpio 830 gr aprox)
- 700 gr de azúcar por kilo de membrillo en limpio (en mi caso 580 gr)
- Algún aromático (opcional)
También necesitaras:
- Tabla de corte
- Cuchillo
- Cazuela
- Cuchara de madera
- Batidora o pasapurés
- Papel film
- Tuppers
- Báscula
Elaboración del Membrillo casero
- Para comenzar, hay que lavar y pelar los membrillos, para quien haya pelado alguna vez un membrillo, sabe que más que difícil, es laborioso, puesto que es muy duro de pelar. Por ello, os propongo, que si tenéis que hacer muchos membrillos, no los peléis. ¿Diferencia? apenas perceptible una vez triturado.
- Si queréis hacer un membrillo fino para una ocasión especial, podéis pelarlos, pero os advierto que se pierde mucho tiempo y encima generas merma. Dicho esto, que cada uno haga lo que crea conveniente para la ocasión. Tanto si los pelas como si no, pártelos por la mitad, y cada mitad en 4 partes. Corta la parte central donde están las pepitas. (No lo laves ya que absorbería agua)
- Usando la báscula, pesa el membrillo, y siguiendo la regla de tres, pesa la cantidad correspondiente de azúcar. Trocea un poco más el membrillo y mézclalo con el azúcar. Hay que dejar que el azúcar extraiga el agua del membrillo, para eso, tiene que reposar entre 2 y 6 horas.
- Si quieres añadirle algún aromático seco, ahora es el momento, puedes añadir dos estrellas de anís, o una rama de canela, una rodaja de jengibre… pero si quieres añadirle un licor, eso ya os enseñare al final. Dependiendo de la fuerza que le quieras dar al aromático, puedes dejarlo también durante la cocción.
- Pasado el tiempo, veras que el azúcar ha extruido suficiente agua para poder cocer el membrillo. Ahora es cuando se empieza a cocinar, para ello, ponlo a fuego mínimo con una tapa y deja que se cueza durante 2 horas. No tengas prisa queriendo ahorrar tiempo y subiendo el fuego. Si haces eso, el agua se evaporara más rápido, y para cuando el agua se acabe, el membrillo aún tendrá un color ámbar, simplemente espera relajado que se cueza lentamente. La diferencia no es solo el color, ya que cuanto mayor sea el tiempo de cocción del membrillo más se potencia su sabor.
- Cuando hayan pasado las 2 horas, el membrillo tendrá un color rojizo, muy atractivo y será el momento de subir el fuego, (removiendo continuamente para que no se pegue) con el fin de evaporar el exceso de líquido para que espese.
- Si quieres añadirle un licor o vino, un Oporto por ejemplo, tienes que hacer una reducción. ¿Cómo? Simplemente juntando el alcohol y el azúcar a una proporción de 200 gr de azúcar por litro de alcohol, reducirlo hasta que espese, y añadírselo al membrillo antes de triturarlo.
- Tritúralo con una batidora si quieres un acabado uniforme, o pásalo por el pasapurés si quieres algo más irregular. Si decidiste hacerlo con piel, te recomiendo que lo tritures con batidora para que no se aprecien los pellejos.
- Cuando hayas elegido los tuppers para guardar el membrillo, cúbrelos con film en su interior, y llénalos hasta donde creas oportuno. Pliega el film sobre él para cerrar el membrillo, y déjalo un par de horas en la nevera. Veras que se queda muy durito.
- Cuando esté frio, podrás disfrutarlo tanto con quesos crema como con quesos duros, o incluso usarlo como relleno para alguna tarta… Por cierto, como lleva una alta cantidad de azúcar, que es un conservante natural, no se te pondrá malo ni en nevera ni fuera de ella por meses…
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