El pan de pita, o pan árabe, es un pan plano, sin apenas miga, de corteza muy fina, que sirve tanto de acompañamiento como para bocadillo. ¿Quién puede resistirse a un pan de pita con falafel en su interior?
En nuestra web puedes encontrar otros panes planos como nuestros molletes caseros.
Ingredientes para Pan de pita casero. Receta fácil para 8 personas
- Harina blanca de trigo (panificable) - 376 gramos
- Agua - 218 gramos
- Aceite de oliva - 19 gramos
- Sal - 7 gramos
- Levadura seca de panadería - 2 gramos
Cómo hacer la receta de Pan de pita casero. Receta fácil
- En un bol, mezclamos las harinas, añadimos el agua y el aceite y volvemos a mezclar hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. Tapamos nuestro bol con un paño y dejamos reposar la masa durante 30 minutos. A este tiempo de reposo se le llama autolisis, y tras llevarlo a cabo nos será más fácil amasar.
- Tras la autolisis, volcamos la masa sobre la mesa de trabajo ligeramente aceitada. Untamos nuestras manos con un poco de aceite y extendemos la masa. Repartimos la sal por la superficie. Amasamos suavemente durante 1 minuto. Hacemos una bola con la masa, la metemos en el cuenco, la tapamos con un trapo, y la dejamos reposar durante 15 minutos.
- Tras el reposo, añadimos la levadura, para ello; repetimos el mismo proceso que llevamos a cabo en el paso anterior; extendemos la masa y repartimos la levadura por su superficie. Amasamos suavemente durante 1 minuto, boleamos y metemos en el cuenco. Tapamos y dejamos reposar otros 15 minutos.
- Tras el reposo, volvemos a dar otro ciclo de amasado y reposo. Amasamos 1 minuto y dejamos reposar durante 10 minutos.
- Tras el reposo, volcamos de nuevo la masa sobre la superficie de trabajo. La masa ya debería empezar a presentar un aspecto liso y brillante. Si aún presenta un aspecto granuloso, volvemos a dar otro ciclo de amasado y reposo. Si nuestra masa tiene una superficie lisa y brillante, ya está lista para iniciar la primera fermentación, para ello; aceitamos ligeramente las paredes del cuenco, formamos una bola con nuestra masa y la metemos dentro. Tapamos y la dejamos fermentar hasta que doble su tamaño.
- Una vez que la masa haya doblado su volumen, la volvemos a volcar sobre la mesa de trabajo ligeramente enharinada. Aplastamos la masa con las manos para hacer que pierda la mayor parte del gas que ha quedado atrapado durante la fermentación. Dividimos la masa en 8 porciones de 80 gramos. Formamos bolas (boleamos) siguiendo los siguientes pasos: cogemos una porción de masa y la aplastamos formando un disco. A continuación vamos replegando pequeñas zonas del borde de la masa hacia el centro de la misma y, una vez la tenemos en el centro, presionamos ligeramente para que se fije. Repetimos esta secuencia con distintas zonas del borde hasta que la masa quede recogida. Una vez que la tenemos recogida hacia el centro, le damos la vuelta y la hacemos girar suavemente sobre su base para que la bola coja más tensión. Una vez boleados, tapamos las bolas con un trapo y las dejamos reposar durante 15 minutos. Este reposo hará que el gluten se relaje y que nos sea más fácil extender la masa para formar los panes.
- Precalentamos en horno a 250º con una bandeja en su interior.
- Tras el reposo, formamos nuestros panes, para ello: enharinamos la mesa de trabajo. Cogemos una de las bolas y, con la ayuda de un rodillo, la aplanamos hasta formar un pan con forma arriñonada o redonda (como prefiramos) de unos 5 milímetros de grosor. Ponemos el pan, ya formado, sobre una lámina de papel vegetal (4 panes por lámina). Formamos el resto de panes. Los dejaremos fermentar durante media hora, tapados con un paño.
- Un vez que el horno ha alcanzado la temperatura deseada, procedemos a hornear los panes, para ello; sacamos la bandeja que tenemos dentro del horno y transferimos una de las láminas de papel vegetal con cuatro panes. Para ello, podemos ayudarnos de una bandeja invertida o una plancha de madera. Horneamos a 250º durante 4-5 minutos o hasta que los panes adquieran un poco de color. No hay que hornear mucho más del tiempo indicado, ya que de lo contrario se nos formará una corteza demasiado gruesa. Repetimos el proceso de horneado con los otros cuatro panes.
- Nada más sacar nuestros panes del horno, los envolvemos en un trapo de cocina para que se mantengan húmedos y no se seque en exceso la corteza.
- Podemos consumirlos en ese momento o congelarlos.
Notas y Consejos
Las harinas del mismo cereal, y de distintas harineras, pueden presentar un comportamiento muy diferente, por ello, los tiempos de amasado son orientativos. Los ciclos de amasado y reposo tienen como objetivo conseguir, sin apenas esfuerzo, una masa lisa y brillante, hecho que puede suceder antes de completar todos los pasos de la receta, en cuyo caso dejaremos de amasar, o, en otros casos, puede llevarnos un poco más del tiempo especificado.
Los tiempos de fermentación dependerán de la temperatura ambiente, por lo que estos variarán a lo largo del año. Es por ello que no nos gusta poner un tiempo de fermentación determinado en la receta.
La cantidad de levadura indicada en la receta es la adecuada para obtener un pan de buena calidad. Añadir mayor cantidad de levadura, con el fin de acelerar la fermentación, irá en detrimento de la calidad del pan obtenido.
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