La última encuesta realizada por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) permite afirmar, sin ningún género de dudas, que el amor nos hace engordar. Según los datos de esta encuesta, esta ganancia de peso, que puede llegar a los 4,5 kilos, se produce desde que nos enamoramos hasta que la relación se afianza.
El estudio del SEEDO se ha llevado a cabo sobre una muestra de la población compuesta por 2300 mujeres con edades comprendidas entre los 31 y 40 años, la mayoría de ellas en pareja, ya sea casadas o no, con hijos, residentes en ciudades y con estudios superiores.
Un 81% de las encuestadas asegura que el peso se ve sometido a variaciones en función de la etapa en la que se encuentre la relación, tanto es así, que éstas afirman que han llegado a engordar 4,5 kilos desde que se produce el enamoramiento hasta que este pasa dando dando lugar a una relación de pareja consolidada en la que las emociones ya no sufren tantos altibajos. La ganancia de peso se debe tanto al acomodo que se produce con el paso del tiempo, como a los posibles embarazos que hacen variar el peso. Además, con los años el sobrepeso deja de ser importante, aunque, curiosamente, un 66% de las encuestadas aseguran que el peso vuelve a ser un tema que es motivo dolores de cabeza cuando se produce una separación.
Las mujeres practican mayor culto al cuerpo cuando buscan pareja o al principio de una relación. En los inicios de una relación, el 25,6% de las mujeres dice comer de manera menos compulsiva frente a un 50,7% que come más cuando se produce una ruptura. Un 42,3% lleva a cabo una dieta más saludable cuando buscan pareja frente a un 41,5% que no prestan atención a la salud cuando la relación acaba.
Las emociones también influyen a la hora de picar entre horas; un 24,7% de las mujeres que buscan pareja pican menos, con respecto a un 47,5% que, cuando se produce una ruptura, pican a menudo entre horas.
La encuesta también ha revelado también que el amor afecta a la actividad física. Tanto es así, que el 33% de las encuestadas hace más deporte cuando buscan pareja, y el 35,8% vive una vida sedentaria tras el final de la historia amorosa. Del mismo modo, la vida social también se ve afectada; el 61,2% goza de una mayor vida social cuando no están emparejadas, mientras que el 40,3% limitan su vida social tras la ruptura.
Determinados hábitos alimenticios sufren importantes cambios dependiendo del momento de la relación en el que nos encontremos, tanto antes de empezar una relación, como cuando ésta acaba, se produce un aumento considerable en el consumo de bebidas azucaradas, dulces y alcohol. También en esas etapas se fuma más.
También el amor, o la falta de éste, afecta al sueño. Cuando no tenemos pareja dormimos menos (quizá por que una parte del tiempo lo pasamos buscando dicha pareja), del mismo modo que se duerme menos cuando acaba el idilio. La media se sitúa en torno a 5 horas menos al día. Hay que tener bien presente que la falta de sueño favorece el aumento de peso.
Según Carmen Padros, profesional de la nutrición de XLS Medical, la mayoría de las mujeres que han participado en la encuesta dicen alimentarse de manera saludable; consumen entre 1 ó 2 piezas de verdura o fruta al día (lo recomendable son 5 piezas), beben unos dos litros de agua (esto sí se ajusta a lo recomendable), comen unas 5 veces diarias (también está dentro de lo aconsejado), y se pesan una vez a la semana (salvo problemas manifiestos, lo recomendable es pesarse una vez al mes). A pesar de estos hábitos, el 66% no están contentas con su peso, y a la mayor parte les gustaría perder una media de 12 kilos en unos seis meses, para volver a sentirse sanas y en forma.Fuente:lavozdegalicia
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