La dieta mediterránea ha ganado seguidores en los últimos tiempos por sus beneficios sobre la salud. La misma se basa en el consumo de una cantidad importantes en nuestras recetas de vegetales, cereales, frutas, aceite cruda (aceite de oliva predominantemente).
Incluso el vino, a pesar de ser una bebida alcohólica, se puede incluir como parte de la dieta mediterránea que consumida de forma regular en baja cantidad (una copa de vino diaria) contribuye a mejorar el sistema cardiovascular. Dentro de sus componentes se destacan unas sustancias denominadas taninos que mejora el funcionamiento del corazón a largo plazo.
La dieta mediterránea contribuye a mejorar la salud disminuyendo los problemas cardiovasculares de las personas por el equilibrio de nutrientes que contiene. Por una parte, el aceite de oliva se debe consumir crudo, lo que aporta una cantidad importante de aceites monoinsaturados, es decir, que contribuyen a eliminar las grasas de las arterias.
El consumo de carne de pescado y mariscos aporte cantidades significativas de omega 3, que favorece un descenso del colesterol de la persona.
Hay que tener en cuenta que los beneficios de la dieta mediterránea se producen si la misma se realiza con todos los alimentos que la contienen de forma equilibrada, solamente se puede excluir el consumo de vino.
El mejoramiento a nivel de las arterias del cuerpo y el corazón se produce durante varios meses y años de su realización, los beneficios no se producen en el corto plazo. Se deben incluir mejoras en la nuestra dieta habitual como forma de lograr un mayor equilibrio de nutrientes, permitiendo evitar enfermedades con la modificación de nuestros hábitos alimenticios.
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