Tanto el ajo como la cebolla son dos ingredientes básicos de la cocina, y especialmente, de la española. Además de darle un sabor único a todo tipo de platos, tanto en crudo como cocinados, ambos aportan muchos beneficios para nuestra salud. Hoy os vamos a desvelar varios trucos sobre los ajos y las cebollas que esperamos que os resulten muy útiles. ¡Tomad nota y ponedlos en práctica!
Trucos sobre los ajos y las cebollas
Cómo pelarlos, cómo manipularlos y cortarlos para evitar que las manos cojan su intenso olor y para evitar las lágrimas, así como la forma de conservarlos para que duren más en perfecto estado son algunas de las dudas más frecuentes, y son algunos de los trucos que os vamos a contar.
Cómo pelar fácilmente ajos
Pelar los ajos, especialmente si están muy frescos y tienen la piel muy pegada, tiene su truco. La manera más sencilla de pelar un diente es colocarlo en plano sobre la encimera o una tabla de cortar, colocarle encima la hoja de un cuchillo y dar varios golpes secos sin aplastarlo. La piel se despegará y podrás hacerlo sin esfuerzo.
Cómo evitar el olor a ajo en las manos tras picarlo
Es tan sencillo como limpiar tanto las manos como el cuchillo bajo el chorro de agua del grifo sin frotar: así, los restos de ajo se deslizan con el agua y se eliminan, mientras que si frotamos (tanto las manos como el estropajo), el ajo penetra en la piel dejando su fuerte olor.
Cómo evitar que el ajo repita
Fácil y rápido: tan solo tienes que quitarle la parte central.
Cómo cortar y picar cebollas sin llorar
Al romper las capas de la cebolla, ésta libera unas enzimas que se descomponen y desprenden un gas que actúa como agente lacrimógeno y provoca la irritación de los ojos. Hay varios trucos para evitar las lágrimas: congelarla o mojarla antes de cortarla, cortarla con un cuchillo mojado, o hacer un corte limpio con un cuchillo muy afilado son algunos de los más comunes.
Cómo conservar ajos y cebollas
Tanto para los ajos como para las cebollas, si los compramos en ristras lo mejor es colgarlas sin que toquen ninguna pared, y si lo hacemos en bolsas de malla, hay que sacarlos y dejarlos al aire para que se conserven bien.
La forma más cómoda para conservar los dientes de ajo es congelarlos, y a la hora de usarlos, pelarlos y picarlos sin descongelar.
En el caso de la cebolla, no hay que congelarla entera nunca, sino laminarla o picarla antes. Hay que tener en cuenta que una vez descongelada estará blanda, por lo que no es recomendable tomarla cruda, pero no hay ningún problema si se toma cocinada. A la hora de guardarlas, las cebollas suelen germinar y ablandarse cuando las dejamos tiempo almacenadas en la cocina, y para evitarlo lo mejor es envolverlas una a una con papel de aluminio: así se mantendrán frescas y duras más tiempo. Además, cuando utilizamos solo parte de la cebolla y dejamos el resto en la nevera, para que no se estropee solo hay que untar la parte cortada con mantequilla.