Cómo deshidratar alimentos
En un articulo anterior; claves para ahorrar y comer saludable, os hablábamos de como comer saludable sin que nuestra economía se resienta. El artículo de hoy presenta una técnica que nos puede ser muy útil en ese sentido. Hoy, en Cocina Casera, os hablamos de la técnica de deshidratación de alimentos.
La deshidratación es una técnica de conservación que consiste en extraer la mayor parte del agua contenida en los alimentos, de modo que se reduzcan considerablemente los procesos de putrefacción que acaban estropeándolos.
La concentración de agua varía de unos alimentos a otros; encontramos valores del 90-95% en hongos y setas, del 80-90% en frutas y verduras, alrededor del 60-75% en carnes y entre un 10-20% en cereales. La presencia de agua acelera las reacciones enzimáticas que producen el deterioro de los alimentos, por ello, limitando la presencia de la mismas, se reduce casi por completo este deterioro, limitándose gran parte de la actividad microbiana y enzimática.
Métodos para aplicar la técnica
- Deshidratadores eléctricos. Son equipos para usar en el hogar, provistos de una serie de bandejas de rejilla superpuestas. Están equipados con un ventilador que hace circular aire caliente entre las bandejas, consiguiendo así extraer el agua de los alimentos. Algunos cuentan con un temporizador y un sistema para controlar la temperatura. Su potencia suele oscilar entre 600 y 800 W.
- Horno convencional. Si no se dispone de un deshidratador, se puede llevar a cabo el secado de los alimentos en un horno convencional. Esto es posible siempre que el horno pueda trabajar a bajas temperaturas. Los alimentos se colocan sobre rejillas, y se deja la puerta un poco abierta (entre 5 y 10 centímetros) para que la humedad sea evacuada.
- Secado al sol. Este es el método que se ha usado tradicionalmente. Se colocan los alimentos sobre una mesa, o rejilla, y se exponen a los rayos del sol y a la acción del viento, que serán los encargados de eliminar la humedad del alimento.
- Secado en horno solar. Realizando algunos cambios en la configuración de un horno solar, puede ser usado, perfectamente, para llevar a cabo la deshidratación de alimentos. La principal ventaja de su uso radica en que el proceso se lleva a cabo sin ningún gasto de electricidad, pudiéndose ser aplicado en cualquier época del año. Además, el secado se produce de manera mucho más rápida que al sol directo, con la ventaja de que los alimentos no están expuestos a los agentes contaminantes del aire o a los insectos.
Beneficios de la técnica de deshidratación
Las principales ventajas que presentan los alimentos deshidratados son:
- Alto valor nutricional. Con esta técnica, se produce una pérdida de nutrientes muy inferior a la que provocan otros métodos de conservación.
- Conservación de diversos alimentos. Permite conservar alimentos muy variados, ya sean de alta o baja acidez.
- Sin conservantes. No se requieren para conservar los alimentos.
- Sabor intenso. En los alimentos deshidratados se produce una concentración de los azúcares naturales presentes, por lo que el sabor se intensifica tras la deshidratación.
- Fácil almacenaje. Al no precisar refrigeración, ni envases especiales, los alimentos deshidratados son muy fáciles de almacenar, y, además, ocupan muy poco espacio.
- Múltiples usos. Su consumo se puede llevar a cabo directamente, como en el caso de muchas frutas, o ser usados en multitud de recetas.
Beneficios adicionales
- Al elegir nosotros los alimentos, conocemos su origen y calidad.
- Al deshidratarlos en casa, conocemos la fecha de procesado. Además, obtenemos productos que no han estado almacenados durante mucho tiempo, ni han estado expuestos a la intemperie.
- La aplicación casera de esta técnica nos permite obtener productos únicos que, en muchas ocasiones, no pueden ser conseguidos en un mercado.
- Nos permite aprovechar la época de abundancia de algunos alimentos, para adquirirlos a bajo precio y deshidratarlos, con ello los tendremos disponibles a lo largo de todo el año, favoreciendo la economía familiar. Además, si tenemos nuestro propio huerto, podemos aprovechar el excedente de frutas y verduras.
Cómo aplicar esta técnica
- En primer lugar, debemos lavar los productos a deshidratar, descartando aquellas piezas que estén demasiado maduras o en mal estado. Posteriormente, eliminamos las partes no comestibles del alimento (hojas, tallos, raíces…).
- Cortaremos los alimentos con distintas formas, dependiendo del uso que vayamos a darles. Las porciones obtenidas deben tener un grosor comprendido entre 0,5 y 1 centímetro, de modo que facilite el proceso de deshidratación.
- En algunas verduras, habrá que aplicar un escaldado previo, con el fin de preservar el color y la textura.
- Una vez preparados, colocamos los alimentos en las bandejas del deshidratador, sin amontonar, para favorecer así un secado uniforme.
- Iremos retirando las piezas a medida que estén secas. Desechando aquellas que presenten un mal estado.
- Debemos proceder al embolsado de los alimentos nada más acabar el proceso, para que no vuelvan a absorber humedad ambiente. Utilizaremos, para este fin, bolsas herméticas. Marcaremos en cada bolsa la fecha de embolsado. Almacenaremos en un lugar seco, fresco y protegido de la luz solar.
Cada alimento requiere de una temperatura y tiempo de deshidratación diferentes, por ello, no es recomendable mezclar distintos tipos de alimentos. Con el tiempo, iremos perfeccionando nuestra técnica, descubriendo así cuál es el punto óptimo de deshidratado para cada tipo de alimento. credits-flickr:81884868@N07 Fuente: @gastronomiasolar
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