Son numerosos los mitos sobre el agua que podemos encontrar en los medios de comunicación, algunos de ellos hacen referencia a lo perjudicial que resulta el consumo de aguas duras. Sin embargo, la información que se nos ofrece en estos medios sobre el consumo de aguas duras no refleja la opinión de la comunidad científica.
Cabe pensar entonces que la finalidad con la que se ha vertido esta información errónea es conseguir que el consumidor dirija sus hábitos hacia el consumo de agua mineral embotellada (que es un tipo de agua mucho más cara y produce un mayor impacto medio ambiental). Sin embargo, a pesar de la creencia generalizada de que el consumo de agua mineral es mejor para nuestro cuerpo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), se muestra escéptica en este sentido, considerando que hay demasiadas incertidumbres el respecto.
¿Cuál es el agua dura?
En 2003, la OMS publicó un estudio centrado en la dureza del agua potable. En ese monográfico, se afirmaba que lo que determina la dureza de un agua es la mayor presencia en la misma de elementos como el calcio y el magnesio. Otros elementos, como manganeso, zinc y hierro contribuyen también, aunque en menor medida, a la dureza del agua. Por otro lado, cuando la presencia en el agua de carbonato cálcico no supera los 60 microgramos (mg) por litro, estamos hablando de agua blanda.
Dureza y sabor del agua
La presencia de mayor o menor cantidad de carbonato cálcico afecta a las propiedades organolépticas del agua. Los valores de este compuesto, en aguas potables, se sitúan entre los 10 y los 500 mg por litro. La OMS establece valores tolerables para el consumo que oscilan entre los 100 y 300 mg por litro, aunque señala que existen consumidores capaces de tolerar valores mayores de 500 mg y otros que prefieren aguas con valores por debajo de 100 mg.
Relación entre la dureza del agua y la salud
Investigaciones llevadas a cabo por la OMS señalan que un agua con valores por encima de 200mg/l puede provocar depósitos en tuberías que acaben obstruyéndolas. Por otro lado, las aguas con valores por debajo de 100 mg/l pueden ocasionar, a largo plazo. la corrosión de estas mismas tuberías.
Sin embargo, en el caso del ser humano, no hay estudios convincentes que puedan afirmar que el consumo de aguas duras es perjudicial para nuestra salud. Desde el año 1984 se han llevado a cabo numerosos estudios que han intentado buscar una relación entre el consumo de aguas duras y los supuestos posibles perjuicios que dicho consumo puede ocasionar. Sin embargo, en ninguno de esos estudios se han hallado pruebas que puedan confirmar esta creencia popular.
A pesar de que muchos padres dan a sus hijos pequeños aguas blandas, el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría señala que no hay evidencias científicas que relacionen el agua blanda con una buena salud.
Cálculos renales
La revista, International Journal of Preventive Medicine, publicó en 2013 un estudio en el que se concluye diciendo que no se han encontrado suficientes datos que permitan establecer una relación entre la dureza del agua y la aparición de cálculos renales. Señala también, que en aquellos pacientes que presentan cálculos renales (de origen desconocido) puede ser adecuado no ingerir a menudo aguas duras.
Presencia de magnesio y calcio
La OMS defiende que el consumo de aguas duras ricas en calcio y magnesio podría prevenir episodios de osteoporosis y dolencias cardiovasculares. Por el contrario, el consumo de aguas blandas podría ser negativo para el equilibrio mineral de nuestro organismo. Sin embargo, hay que tener presente que estas afirmaciones no están apoyadas en estudios científicos, puesto que los que se han llevado a cabo hasta la fecha no han sido concluyentes en uno u otro sentido.
Estudios llevados a cabo en España
En España se han llevado a cabo diversas investigaciones para tratar de encontrar una relación entre la dureza del agua y la salud. Para ello, se ha analizado el agua del grifo y el agua embotellada. No se han encontrado pruebas suficientes para arrojar conclusiones definitivas al respecto. La principal conclusión de todos estos estudios, es que el consumo de agua contribuye, en mayor o menor medida, a cubrir una parte de los requerimientos de calcio y magnesio de nuestro organismo.
Métodos para restar dureza al agua
Para resta dureza al agua se suelen utilizar dos métodos, en uno de ellos se utilizan resinas de intercambio iónico, y en el otro se lleva acabo una ósmosis inversa. Ningún estudio ha hallado datos que permitan señalar los posibles beneficios de estos métodos. Sí que se sabe que el intercambio iónico puede eliminar hasta el 89,4% del calcio del agua, mientras que la ósmosis inversa puede llegar a eliminar en torno al 94%-98% del magnesio y el calcio del agua.
Como conclusión, y a modo de resumen, cabe señalar que no existen por tanto estudios que permitan establecer una relación entre el consumo de aguas duras y los posibles perjuicios para la salud. Lo que sí se puede afirmar, es que el consumo de este tipo de agua permite cubrir parte de los requerimientos de minerales como el magnesio y el calcio.Imagen:flic.kr/p/8YthSm Fuente:consumer
Sigue el Canal de WhatsApp de Cocina Casera, donde encontrarás todas las nuevas recetas, el Menú Gratuito semanal y los nuevos Vídeos.