El término brunch, poco conocido entre la mayoría de la gente, hace referencia a la unificación del desayuno y la comida de medio día en una sola comida. Es una costumbre en la gastronomía anglosajona que se suele practicar sobre todo durante el fin de semana. En esta entrada vamos a explicar qué es el brunch y qué comidas lo suelen componer.
La palabra se deriva de los términos ingleses breakfast (desayuno) y lunch (comida). Durante el brunch, que se toma entre las 11 y las 14 horas se ofrecen alimentos tanto dulces como salados. Si se diseña un menú que resulte equilibrado, este costumbre resulta saludable a la vez que nos permite ahorrar en tiempo y trabajo puesto que los platos que se sirven suelen ser de fácil y rápida preparación.
Aunque lo tradicional es degustar el brunch en casa, en la actualidad ya hay numerosos restaurantes que se han apuntado a esta moda, ofreciendo, especialmente durante los fines de semana, bufés libres en los que se puede comer cuanto uno quiera o platos de degustación.
En casa podemos preparar un brunch en muy poco tiempo y de manera muy sencilla, puesto que los platos que se suelen ofrecer son bastante informales, no precisando de mucho espacio ni uso de gran cantidad de vajilla.
El brunch en España
Puesto que cada región tiene sus propias costumbres, el brunch también variará de unas zonas a otras, pero siempre manteniendo la idea de que se trata de mezclar, de manera informal, el desayuno y la comida.
El brunch clásico, ofertado en los países anglosajones donde se originó esta costumbre, consta de huevos fritos o escalfados, salchichas con salsa de queso, tostadas con bacon, y diversos tipos de cóctel, como el conocido Bloody Mary.
La versión que se suele servir en España suele presentar los siguientes alimentos:
- Bebida. Zumos, agua, batidos, cafés, infusiones, cerveza, vinos, etc.
- Fruta. Suele ser de temporada, presentada en piezas troceadas, enteras, en brochetas o macedonias. Es también habitual servir fruta desecada (higos, orejones, pasas, etc) así como diversos frutos secos.
- Lácteos. Mantequilla, batidos, yogures, leche, quesos frescos y curados, etc.
- Pan. Es uno de los productos estrella. Es habitual que se sirvan panes con distintas formas e ingredientes (sandwich, picos, bollos de leche, baguettes, etc)
- Tapas. Durante el brunch podemos ofrecer tapas sencillas de rápida elaboración, compuestas a base de embutidos, fiambres, etc. En nuestra página tenéis a vuestra disposición una sección con «Tapas y aperitivos«, donde encontraréis interesantes recetas para hacer de esta comida un momento inolvidable, como, por ejemplo, nuestra ricas croquetas de pollo o unos ricos pimientos de Padrón.
Algunas consideraciones
Si preparamos un brunch tendremos en cuenta que al realizar dos comidas en una debemos planificar al menos otras dos comidas más durante el resto de la jornada (merienda y cena). El porcentaje de energía que nos aporta el brunch debe situarse en torno al 60%, de manera que el otro 40% debemos distribuirlo entre el resto de comidas del día, de no ser así, se produce un mal reparto energético.
A la hora de planificar el brunch debemos seleccionar adecuadamente los alimentos que lo compondrán, no sirve comer de todo en gran cantidad, debemos incluir los alimentos que ofreceríamos en un desayuno saludable (cereales, lácteos y fruta) así como los que formarían parte de una comida equilibrada (proteínas, cereales, verduras y postre).
Debemos limitar el consumo de productos grasos, dulces y bollería, y no excedernos en el consumo de los alimentos servidos.
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