Crustáceos, moluscos y cefalópodos que vienen del mar: son todos los animales que englobamos dentro de la categoría de marisco, y hoy te vamos a contar todo lo que tienes que saber sobre ellos, empezando por cuál es cuál. ¡Descubre en Cocina Casera todo sobre el marisco! Y si ya se te ha abierto el apetito no dudes en consultar nuestras recetas con marisco.
Todo sobre el marisco
Cada cosa, por su nombre. ¿Te has preguntado alguna vez qué tipos de mariscos hay? En primer lugar tendríamos los crustáceos, que son los que están cubiertos por un caparazón o una cáscara, que puede ser duro (como en los cangrejos o los centollos), o blando (como las gambas). Después, irían los moluscos, que son todos los que tienen concha (como las almejas o las ostras), y, por último, los cefalópodos, que no tienen concha ni caparazón externos y que tienen un cuerpo con forma de bolsa y tentáculos (es decir, los calamares, el pulpo y todos sus parientes).
Valor nutritivo
El marisco es muy rico en proteínas, minerales y vitaminas, y si se come crudo, cocido o a la plancha, tiene muy pocas calorías. ¡Eso sí: cuidado con las salsas si quieres controlar las calorías! El caldo de cocer marisco es perfecto para elaborar con él sopas y cremas, pero no utilices nunca el de las nécoras, del buey de mar o de los centollos.
Crustáceos
Es, sin duda alguna, el grupo más amplio dentro de los mariscos, ya que engloba a animales tan variados como las gambas, las nécoras, el buey de mar, el centollo, el percebe, la langosta y su pariente el bogavante, o las cigalas, entre otros. Al elegirlos, agítalos para comprobar que estén bien llenos y que su contenido y su peso no son debidos al agua. A la hora de cocerlos, es importante que no tengan ninguna pata o pinza rota para que no les entre agua al cocer. Si la tienen, te recomendamos que tapones el agujero con miga de pan.
Moluscos
Entre los moluscos más comunes estarían los berberechos, las almejas, los mejillones, las vieiras, las ostras, las chirlas… todos los que tengan dos conchas, por eso se les llama también bivalvos. Cuando los compres, fíjate en que estén vivos, y en que al tocarlos o chocar entre ellos, se cierren. Si notas un ligero olor a amoniaco, tíralos sin dudar. Antes de cocinarlos o de comerlos es importante ponerlos a remojo en agua con sal para que suelten la arena, y en el caso de los mejillones, hay que rasparlos y lavarlos para eliminar impurezas.
Cefalópodos
También llamados moluscos blandos, los más comunes son el pulpo, los calamares, los chipirones, la sepia y los chopitos. Son los mariscos que mejor se congelan, y cuando los compres frescos, deben de oler a mar. Tienden a ser salados, por lo que se recomienda tener cuidado al añadirles sal. Créditos-Shutterstock