Bechamel sin gluten para celíacos
La bechamel es una salsa muy usada en la cocina. Para su elaboración se suele añadir leche, o nata liquida, a un roux, que es una mezcla de un elemento graso (mantequilla, margarina o aceite de oliva), y harina. Tras incorporar la leche se obtiene una salsa espesa que es ideal para usar en numerosos platos gratinados de verduras o pasta, que pueden contener también carne o pescado. En Cocina Casera, la hemos usado en la elaboración de diversas recetas, como unas ricas croquetas de pollo o un pastel de fusilli.
En el amplio recetario que ponemos a vuestra disposición, podéis encontrar la receta para preparar la clásica bechamel elaborada con un roux de mantequilla y harina de trigo, y leche. La elaboración que os propomos hoy se prepara con los mismos ingredientes, con la principal salvedad de que la harina de trigo se sustituye por harina fina de maíz, también comercializada como almidón de maíz. Los pasos que se siguen son también distintos a los de la bechamel clásica. En ambos casos se obtienen salsas similares que pueden ser usadas indistintamente en numerosos platos.
En la actualidad va en aumento el número de personas que padecen intolerancia al gluten, por ello creemos que es necesario aportar recetas que sirvan de ayuda a los celíacos para que puedan seguir llevando una alimentación lo más normal posible, en la que no tengan que privarse de gran número de elaboraciones. Cada vez es mayor la oferta de productos pensados para este grupo de la población, y, desde Cocina Casera queremos aportar nuestro granito de arena. Espero que estas recetas os sean de gran ayuda, y os sirvan para llevar lo mejor posible esta intolerancia. En nuestra artículo; «Consejos para mejorar la vida del celíaco«, os damos algunas recomendaciones para que la intolerancia al gluten no suponga una barrera para seguir disfrutando de la comida.
Vídeo de la Receta
Ingredientes [Para 550 gramos]:
- Mantequilla – 20 gramos
- Almidón de maíz (harina de maíz fina) – 40 gramos
- Leche – 500 ml
- Sal – al gusto
- Nuez moscada – 1/2 cucharadita
Elaboración de la Receta
- Ponemos el almidón de maíz en una cacerola y añadimos la leche a temperatura ambiente (o fría). Con un batidor, mezclamos muy bien para que el almidón se disuelva en la leche y no nos queden grumos.
- Seguidamente, ponemos a calentar la mezcla a fuego medio. Removemos constantemente. A medida que la mezcla vaya cogiendo calor irá espesando.
- Cuando se inicie un hervor suave, echamos en la cacerola la mantequilla y continuamos removiendo para que ésta se funda y se distribuya por toda la mezcla. Insistimos en la importancia de no dejar de remover en ningún momento.
- A continuación, añadimos una pizca de sal y la nuez moscada. Removemos para que ambos ingredientes se incorporen a la salsa y apartamos del fuego.
- Probamos y rectificamos de sal si fuese necesario.
- Usamos de inmediato o conservamos nuestra bechamel en la nevera, donde se mantendrá en perfecto estado durante varios días.
Anotaciones y Consejos
Insistimos en la importancia de que la harina de maíz se disuelva perfectamente en la leche antes de poner la mezcla a calentar.
Podéis conseguir una salsa más ligera si no usáis la mantequilla.
Para que no se formen grumos, debemos remover constantemente, ya que el uso de harina de maíz hace que éstos se formen con mayor facilidad que en el caso de la harina de trigo. Si durante la cocción no conseguís disolver algún grumo podéis batir la salsa con la batidora eléctrica. También podéis pasar vuestra salsa por un colador una vez finalizada la cocción.
Con la cantidad de harina usada en esta receta se obtiene una bechamel con una consistencia media, que es ideal para cubrir distintas platos que van a ser gratinados. Variando la cantidad de harina podemos conseguir aligerar o espesar nuestra salsa, lo que resulta interesante para obtener distintas consistencias en función del uso que le vayamos a dar.
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