A la hora de preparar platos con pescado debemos elegir un producto de calidad, pero sobre todo un producto que esté fresco. En la actualidad es cada vez más complicado saber sin un pescado ha sido capturado recientemente, ya que por comodidad tenemos la costumbre de comprar las piezas ya fileteadas y sin la cabeza, lo que dificultad enormemente saber si se trata de un producto fresco o viejo. La cosa se complica aún más cuando la pieza está congelada.
En el artículo de hoy os vamos a dar algunas claves para reconocer el pescado fresco. No os perdáis esta interesante información porque de ella puede depender que volváis a casa con un pescado excelente o con uno que lleve ya varios días fuera de mar.
Cómo reconocer el pescado fresco
Cuando vamos a comprar pescado lo mejor es que lo hagamos a partir de piezas enteras ya que, como ya hemos comentado, si lo compramos ya fileteado, sin cabeza, ni vísceras, difícilmente podremos saber si se trata de un pescado fresco o viejo. A continuación os damos algunas claves que os ayudarán a reconocer la frescura en las piezas.
Los ojos
Los ojos nos dicen mucho acerca de lo fresco que es un pescado. Una pieza fresca debe presentar unos ojos abultados con una pupila brillante y negra. Los ojos de un pescado viejo han perdido esas cualidades, apareciendo hundidos y con la púpila gris o la cornea con un aspecto lechoso, es como si el pescado tuviese cataratas.
La piel
La piel debe presentar un color vivo. Debemos poder notar la presencia de escamas, que son indicativo de frescura. Debemos evitar aquellas piezas en las que la piel se desprenda con facilidad o que tenga una textura blanda.
Las agallas
Las agallas están situadas en la parte trasera de la cabeza, y es la estructura que sirve al pez para respirar. Para saber si un pescado es fresco debemos coger la pieza y abrir las agallas para ver el color que presentan. Si no queremos hacerlo nosotros, o el pescadero no quiere que toquemos las piezas, le podemos pedir que nos muestre él mismo las agallas del pescado que queremos comprar. Éstas deben tener un color entre rosa y rojo intenso, y deben estar limpias y no presentar restos de mucosidades. Evitad totalmente aquellas piezas cuyas agallas presenten un color amarillento o grisáceo.
La tripa
En aquellos peces que no han sido destripados podemos ver también claros signos de frescura. Las vísceras son la primera estructura que acusa el envejecimiento. Si la zona de las tripas se encuentra hinchada, se debe a la acumulación de gases que se producen durante el proceso de putrefacción. Si la pieza ha sido eviscerada, la zona es posible que se muestra hundida y flácida. Elegid piezas que presenten una carne no resbaladiza y dura.
El olor
El olor es posiblemente una de las claves más sencillas para reconocer si un pescado es fresco. Es fácil diferenciar el típico olor a algas y mar que nos transmite un pescado recién capturado de una pieza que ya ha envejecido y está rancia. Debemos evitar malos olores, y, sobre todo, el olor a amoniaco. Fuente: nutricionaldesnudo.wordpress.com