Falsas creencias del sírope de agave

Falsas creencias del sírope de agave

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El éxito del sirope de agave es el fruto de una estudiada campaña de marketing llevada a cabo por parte del sector agroalimentario. Hace apenas diez años, este endulzante natural era totalmente desconocido para el consumidor. Sin embargo, logró hacerse un hueco en las estanterías de las tiendas de productos ecológicos, desde donde dio el gran salto a los supermercados. A pesar de su éxito, el sirope de ágave no tiene propiedades beneficiosas.

Hoy en día, esta miel vegetal se encuentra en muchos establecimientos, y cada vez son más el número de personas que lo han probado y le han hecho un hueco en su alimentación. ¿A qué se debe este éxito? Los expertos en marketing, que lanzaron el sirope de agave, lo presentaron como un producto nuevo con una capacidad endulzante superior a la del azúcar pero sin los efectos que éste tiene sobre los niveles de glucosa en sangre, por lo que era ideal para diabéticos. Además, se hizo creer a la población que este producto era consumido desde hace cientos de años en México. Estos argumentos justificaban el precio desorbitante de este producto, que a día de hoy podemos encontrar en numerosos alimentos; bebidas, postres, barrigas de cereales,etc.

La realidad es bien distinta, puesto que el jarabe de agave ni es tradicional ni bueno para nuestra salud. El efecto que tiene sobre los niveles de azúcar en sangre es el mismo que el que presenta la glusosa pura. Por tanto, no es adecuado para diabéticos ni para aquellas personas que quieren perder peso o llevar una alimentación equilibrada.

¿Qué es el agave?

El agave es una planta que crece en regiones secas y cálidas de países como México y en diversos países de clima mediterráneo. Cuando alcanza la edad de diez años, se le quitan las hojas y se extrae el corazón, del que se saca la savia. Tras varias horas de cocción, la savia se convierte en sirope de agave, con un alto contenido en fructosa.

Ideas erróneas sobre el sirope de agave

  • Pocas calorías. Está muy extendida la falsa creencia de que este producto es bajo en calorías. Sin embargo, una cucharadita de jarabe de agave tiene las mismas calorías que una de azúcar.
  • Índice glucémico bajo. Es consumido por diabéticos que piensan que este producto no produce picos de azúcar en sangre. Sin embargo, hay que tener cuidado, ya que su índice glucémico dependerá del método de elaboración, pudiendo situarse entre 55 y 90, es decir, como el azúcar blanco.

¿Por qué la fructosa supone un problema?

La fructosa concentrada se obtiene mediante un proceso de refinamiento en el que este azúcar es desprovisto de otras muchas sustancias que la acompañan en su estado natural, como enzimas, minerales, vitaminas, otros azúcares y agua. Cuando comemos fruta, el proceso de absorción de la fructosa es lento. Sin embargo, cuando ingerimos fructosa concentrada ésta pasa al hígado tan rápidamente que este órgano no tiene tiempo de convertirla en energía. Debido a esto, se termina acumulando en forma de grasas.

Recientes investigaciones, llevadas a cabo por científicos de Harvard, han descubierto que, mientras que el consumo de fruta puede disminuir el riesgo de padecer diabetes tipo 2, el consumo de bebidas azucaradas, u otros productos en los que la fructosa está concentrada y refinada, aumenta dicho riesgo. Además, la fructosa inhibe la leptina, que es una hormona que da información a cerca del estado de saciedad de nuestro cuerpo. En otras palabras, el consumo de fructosa refinada, como aparece en el sirope de agave, nos incita a seguir comiendo, lo que nos hace ganar grasa en zonas del cuerpo vitales como las vísceras y el vientre.

Otro estudio publicado en 2009 por el Journal of clinical Investigation concluye afirmando que el sirope de agave es un producto altamente refinado rico en fructosa, que no es natural ni tradicional, por lo que hay que evitar su consumo.

¿Qué podemos hacer entonces?

Lo mejor que podemos hacer es consumir menos azúcar.

En España, el consumo medio de azúcar se sitúa en 29,7 Kg al año, valor que supera con creces los 8 Kg al año, considerados como el máximo que deberíamos consumir.

Además de evitar consumir azúcar, debemos evitar de igual modo el consumo de edulcorantes artificiales, puesto que éstos presentan aún mayores efectos adversos para nuestra salud que el azúcar natural.

Una buena alternativa a la hora de endulzar nuestros platos puede ser la estevia ya que es un producto compatible con dietas hipoglucémicas y recomendable para personas con diabetes.Imagen:flic.kr/p/du6Kvu Fuente:saludnutricionbienestar

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Jose Balandin
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