¡Hola Cocinacas! Seguro que alguna vez has pensando en comprar o en comer una granada pero has decidido no hacerlo por el hecho de tener que pelarla. Hoy vamos a poner fin a este problema y te vamos a enseñar dos formas muy sencillas de pelar una granada, prácticamente sin esfuerzo y sin ensuciarte las manos.
Este es uno de los muchos trucos que encontrarás en nuestra sección, y que facilitarán tu paso por la cocina. La granada no es el único producto difícil de pelar hasta que conoces algún truquillo para hacerlo. Por eso también te enseñamos cómo pelar ajos sin coger olor o el mejor truco para pelas castañas y disfrutar de ellas durante los meses de otoño.
La granada es una fruta cuya temporada es bastante corta, por eso debemos aprovechar su mejor momento de consumo, que es de septiembre a noviembre. España es uno de los principales países productores de granadas del mundo. En concreto, las zonas de producción se encuentran sobre todo en Andalucía y la zona levantina (Alicante y Murcia).
Te contamos esto porque a la hora de comprar granadas, te recomendamos que optes por hacerlo durante los meses óptimos para su consumo y además tengas en cuenta la procedencia de la fruta. De esta forma te asegurarás de que tengan mucho más sabor, pues habrán sido recolectadas en el punto de madurez óptimo y favorecerás el desarrollo de las zonas rurales, entre otros muchos beneficios de consumir frutas y verduras ecológicas.
Motivos para darle una segunda oportunidad a las granadas
Las variedades más consumidas en España son tres: Mollar de Elche (es la más cultivada y tiene concedida la Denominación de Origen Protegida), la Valenciana (cuya recolección es la más temprana) y la variedad Wonderful. Esta última también se cultiva en nuestro país aunque la producción es menor.
Cualquiera de ellas será una excelente opción para incluir en tu dieta. Cuentan con grandes beneficios para la salud y entre la gran cantidad de propiedades de la granada destacan sus efectos antiinflamatorios por su gran contenido de antioxidantes. Además de ser una fruta baja en calorías, es rica en minerales y en vitaminas de los grupos A, B y C y una importante fuente de fibra.
Por todo ello te animamos a que introduzcas la granada en tu dieta y para ello, vamos a poner fin al principal motivo por el que mucha gente no la toma más a menudo.
Pelar una granada puede llegar a ser desesperante si no se sabe cómo hacerlo. Además, el jugo de los granos tiñe las manos y las uñas, y debemos tener cuidado con las salpicaduras en la ropa, ya que son difíciles de quitar.
Para evitar todo esto, vamos a explicarte a continuación dos formas de pelar una granada con las que sacaremos los granos enteros sin perder nada de su jugo.
Tanto si optamos por el método más tradicional, como por el más práctico, lo primero que se debe hacer es elegir una granada bien madura. Para ello debemos fijarnos que la piel tenga un color rojo oscuro tirando a marrón, y que sea lisa y brillante. Es preferible escoger las granadas más grandes porque estarán más jugosas.
El método más tradicional de pelar una granada
Con un cuchillo, se corta cuidadosamente un cuadrado de unos dos centímetros aproximadamente, en la parte superior de la granada para poder quitarle la flor.
A continuación, se quita la piel de la parte superior para que después se puedan separar unos gajos de otros. Esto se debe hacer con mucho cuidado para que no se rompa ninguno de los granos.
Ahora hay que cortar el exterior de la fruta (el cuchillo no debe traspasar la cáscara) siguiendo los pliegues inferiores de la granada. Fíjate porque hay unos pliegues que dividen el interior de la granada en secciones. Abre la granada por las juntas que acabas de cortar y elimina las pieles sobrantes.
Por último, separa cada porción de forma que cuando abras del todo la granada, esta tendrá forma de flor ya que no se debe cortar la parte de abajo para que los gajos queden pegados al centro de la base.
Un método más práctico
Para pelar una granada siguiendo este método, se necesitará un cuchillo, un cuenco para poner los granos y un mortero para golpear.
Al igual que en el método anterior, lo primero que se debe hacer es quitar la flor de la granada haciendo un cuadrado. A continuación, se corta la granada por la mitad. Cogemos una de ellas, se pone mirando los granos hacia abajo, debajo de esta el cuenco en el que irán cayendo los granos y con el mortero hay que ir dándole golpecitos a la cáscara.
Hay que hacerlo sin prisa y ligeramente para ver cómo poco a poco van cayendo los granos. Si cae algún trozo de la granada que no interesa, se quita y se tira. Y si hay algún grano al que le cuesta un poco más desprenderse, puedes quitarlo con una cuchara.
¿Qué te han parecido estas dos formas de pelar un granada? ¿Conoces algún otro método? Cuentanoslo a través de los comentarios.
Una vez ya pelada, es el momento de disfrutar de la granada y todos sus beneficios. Además de comerla al natural, se puede tomar de múltiples formas. Una de nuestras favoritas es esta ensalada de escarola con granada. También se puede tomar en zumo o como postre, con azúcar y vino tinto (este se puede sustituir por zumo de naranja). Otra opción es hacer mermelada o incluso acompañar un bizcocho o una tarta de queso con granada.
Si se te ocurre alguna otra forma de tomar granada, no dudes en escribirnos.
¡Hasta la próxima Cocinacas!
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