¡Hola Cocinacas! ¿Has oído hablar alguna vez de la algarroba? Quizá últimamente sí porque se ha puesto de moda y la verdad es que no es para menos. Está demostrado que tiene excelentes propiedades para la salud y algunos incluso la consideran un sustituto del chocolate. Hoy te vamos a contar por qué es tan buena para que puedas decidir si incluirla o no en tu dieta habitual, al margen de las modas.
La algarroba es el fruto del árbol algarrobo. Este crece a la vera del Mediterráneo, por lo que en España lo tenemos en abundancia y no es necesario importarlo como el cacao. Además, es un árbol de la familia de las leguminosas. Las flores, muy pequeñas y rojizas, se agrupan y aparecen al final del verano dando lugar a vainas largas y gruesas.
Al principio estas vainas son verdes pero al madurar se vuelven marrones y aplanadas, alrededor de julio. Mientras que en el interior de las vainas, se encuentran las semillas de algarroba, de color marrón y ovoides aplastadas. Son muy duras e imposibles de consumir en crudo sin ser antes procesadas. En cada vaina se encuentran entre quince y veinte semillas de algarroba.
A continuación vamos a ver qué propiedades tienen estas semillas de algarroba y después cuáles son los usos más frecuentes que se les da en la cocina.
Propiedades y beneficios para la salud
La algarroba es una legumbre, por lo que es un alimento muy nutritivo y muy rica en proteínas. Entre sus propiedades contiene vitaminas esenciales, así como antioxidantes y taninos que contienen ácido gálico, el cual es un potente antiséptico, antialérgico y antibacteriano natural.
La pulpa amarilla que se encuentra en las vainas tiene un sabor a chocolate, por eso se considera un sustituto saludable del cacao. Además contiene una ingesta de calorías menor. Está compuesto por un 40% de azúcares, 35% de almidón, 7% de proteínas y, en menor medida, taninos y minerales como calcio, magnesio y potasio.
La algarroba también es rica en fibra insoluble, posee una gran cantidad de vitamina E y Vitaminas B, además de ser libre de gluten y de cafeína.
Al poseer todos estos nutrientes, se considera un excelente alimento capaz de combatir la acción de los radicales libres y reducir los niveles de glucosa en sangre. Además de ayudar a regular el tránsito intestinal combatiendo el estreñimiento y beneficiando a la flora intestinal.
También cuida el sistema cardiovascular, regulando el PH de la sangre, evitando la formación de coágulos sanguíneos, protegiendo las paredes de los vasos sanguíneos y manteniendo estable el ritmo cardiaco y la presión arterial.
Favorece el buen funcionamiento del sistema inmunológico, cuida de la piel, cabello y uñas, y fortalece los huesos y los dientes.
Al ser un alimento energético combate el cansancio y la debilidad. Por ello, es altamente recomendable que lo tomen las personas que realizan deporte o que tienen altas exigencias físicas y mentales.
Y finalmente, también se recomienda tomar algarroba durante las etapas de crecimiento, embarazo y lactancia, pues evita malformaciones durante el embarazo y estimula la secreción de leche materna.
Cómo emplear la algarroba en la cocina
El algarrobo ha sido utilizado para el consumo humano y como alimento para animales en los países mediterráneos durante siglos. Sin embargo, durante la posguerra, productos hoy básicos como el azúcar, el café, la harina o el cacao se volvieron artículos de lujo. Entonces se comenzó a utilizar la algarroba como materia prima sucedánea.
Con la recuperación económica pasó a un segundo plano. Sin embargo, el incremento de las tendencias y el interés por lo saludable, natural y la búsqueda de alternativas más sostenibles, han contribuido a volver a poner el foco en la algarroba.
Su uso más común en la gastronomía es en polvo (la harina de algarroba) como sustituto del chocolate o cacao en la elaboración de postres y dulces.
La harina de algarroba o la algarroba en polvo se elaboran productos de panadería con o sin gluten, galletas, bizcochos y postres, normalmente en recetas veganas para sustituir al huevo y los lácteos. También se puede consumir directamente disuelta en agua, leche o alternativas vegetales, como alternativa del cacao o bebidas solubles. Su sabor es dulce pero muy intenso y aromático, recordando al regaliz negro o al café, con notas de cacao más amargo.
Debido a su alto contenido en azúcares también se puede consumir en forma de sirope o melaza de algarroba, por lo que se parece mucho a otros endulzantes vegetales, como la miel de caña.
En platos salados, la algarroba es un ingrediente que acompaña muy bien a los guisos, sobre todo en algunas recetas de carnes con mucho sabor como la de caza.
Esperamos que te haya resultado interesante todo lo que te hemos contado sobre la algarroba. Si te animas a probarla o si ya has cocinado alguna vez con ella, cuéntanos a través de los comentarios cómo la has utilizado en la cocina. También te animamos a que nos escribas si quieres que publiquemos alguna receta con algarroba.
¡Hasta la próxima Cocinacas!
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