La Globalización está eliminado poco a poco las costumbres gastronómicas de todos los países, arrastrando al ser humano hacia un tipo de comida universal, que sigue las tendencias de la alimentación de occidente, cuyas costumbres actuales se basan en el consumo de alimentos de alta densidad calórica, ricos en azúcares, grasas y lácteos.
En un artículo anterior, os hablamos del peligro que supone el consumo de bebidas azucaradas, En esta ocasión, nos centraremos en el perjuicio que puede acarrear para nuestro organismo el consumo de productos procesados muy relacionados con estas bebidas. Nos adentramos en el mundo de la comida rápida.
La comida rápida, o también conocida por el término inglés «Fast food», está cada vez más extendida por todo el mundo. Como buques insignia de esta expansión, se encuentran grandes cadenas de establecimientos que sirven este tipo de comida.
Algunas cadenas de restaurantes de comida rápida más conocidos, tiene más de 32000 restaurantes repartidos por todo el mundo. En ellos, comen a diario más de 60 millones de personas, esto supone que, cada segundo que pasa, 700 personas abren la puerta de un restaurante de este tipo en alguno de los 118 países del mundo en los que se ha establecido esta empresa.
El principal problema de la dieta que nos ofrecen estas cadenas de comida rápida es el exceso de calorías que conlleva el consumo de sus productos. La acumulación excesiva de grasas da lugar a problemas de sobrepeso y obesidad. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), estas enfermedades se han convertido en una epidemia. En la actualidad, mil millones de adultos sufren de sobrepeso, y se cree que, para el año 2015, esta cifra ascenderá a los 1500 millones. La OMS también estima que hay 42 millones de niños menores de 5 años con problemas de sobrepeso. Este sobrepeso, en edades tan tempranas, puede derivar en diabetes y problemas cardiovasculares, que, a su vez, pueden dar lugar a muerte prematura y discapacidad.
En algunos sitios de comida rápida, algunas de sus hamburguesas, suman un total de 790 calorías, otras muy comunes, alcanzan las 550 calorías, 10 nuggets tienen 470, una ración grande de sus patatas fritas encierra la nada despreciable cifra de 550 calorías, y, una bebida azucarada que no suele faltar en los menús de quienes comen en estos restaurantes, alcanza las 210 calorías. Esto supone que, un menú completo compuesto por un menú completo, patatas fritas y una clásica bebida azucarada, puede alcanzar entre las 900 y las 1200 calorías.
Los bajos precios de los productos más famosos de estas cadenas de comida rápida, y de otras cadenas de comida fast food, son una de las claves de su rápida expansión, ya que les permiten llegar a los sectores de la población más desfavorecidos. Numerosos estudios señalan que cuanto más pobre es la población, peor es su alimentación.
Además de la elevada carga calórica de las hamburguesas, hay otras razones para evitar su consumo. Jamie Oliver, chef activista británico, demostró en su programa de televisión de la BBC como McDonald´s utilizaba algunos productos de alta toxicidad, como el hidróxido de amonio, potente agente antimicrobiano, para lavar la carne de sus hamburguesas. Tras le denuncia llevada a cabo por Jamie Oliver, la compañía modificó su receta.
A pesar de lo fácil que nos lo ponen las grandes cadenas de comida rápida, debemos intentar evita el consumo de sus productos, no hay nada mejor que preparar en casa nuestra propia comida. En nuestra página puedes encontrar numerosas recetas, de rápida y fácil elaboración, a continuación, os dejamos una recopilación de algunas de ellas; recetas de cocina rápidas. Imagen:flic.kr/p/ABWak Fuentes: Nationalgeographic, globometer,docsalud,holadoctor.sociedad.elpaís
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