Níscalos al Ajillo
El níscalo, o también conocido como robellón, es una seta comestible muy presente en los bosques y pinares españoles. Desde el punto de vista culinario es muy apreciado por su aroma y sabor lo que la convierte en un producto cuyo precio puede ser prohibitivo para muchas personas. En la receta de hoy os vamos a enseñar a preparar unos ricos níscalos al ajillo, un plato que no os podéis perder. Si os gustan las elaboraciones con setas, en nuestra página podéis encontrar numerosas recetas. También puede que os interese la lectura de nuestros artículos; «Consejos para cocinar setas«, y «Cómo limpiar setas correctamente«.
Los níscalos al ajillo que os presentamos hoy es un plato muy fácil de preparar, cuya mayor labor consiste en lavar y trocear las setas. A veces los níscalos conservan un regusto amargo tras la cocción, para evitarlo es preferible llevar a cabo cocciones largas de en torno a la media hora.
Es importante que compréis las setas en una tienda de confianza. Si os invitan a ir al campo a recolectarlas, aseguraos de ir acompañados de personas expertas en su identificación, la ingestión de una especie tóxica puede acarrear graves consecuencias.
Si queréis rematar este plato, os sugerimos que lo acompañéis con unas patatas bravas o unas patatas deluxe.
¿Queréis aprender a preparar unos ricos níscalos al ajillo? ¡Vamos con la receta!
Vídeo de la Receta
Ingredientes [Para 2 personas]:
- Níscalos – 250 gramos
- Dientes de ajo – 3 unidades
- Guindilla – 1/2 unidad
- Vino blanco – 50 gramos
- Perejil picado – 1/2 cucharada grande
- Aceite de oliva – 2 cucharadas grandes
Elaboración de la Receta
- Debido a su baja porosidad, los níscalos son de las pocas setas que se pueden lavar bajo el grifo, sin miedo a que esta acción influya negativamente en el aroma y sabor de esta rica seta. Por ello, si hemos comprado piezas con evidentes restos de tierra o suciedad, las lavaremos. Posteriormente, las escurrimos y secamos con un trapo de cocina.
- A continuación, les cortamos el pie y las troceamos en tiras.
- Pelamos los dientes de ajo y los picamos finamente o los machacamos con la prensa.
- Cortamos la guindilla en trozos y le quitamos las semillas.
- Calentamos aceite de oliva en una sartén y añadimos los dientes de ajo y la guindilla. Cocinamos, a fuego medio, durante dos o tres minutos para que ambos ingredientes transfieran su sabor y aroma al aceite pero con cuidado para que no se quemen ya que si eso sucediese el ajo aportaría al plato un desagradable sabor amargo.
- Tras dos o tres minutos añadimos el vino blanco, los níscalos troceados y una pizca de sal. Cocinamos durante un par de minutos para que el alcohol se evapore. Seguidamente, ponemos una tapadera y proseguimos la cocción entre 20 y 30 minutos más o hasta que los níscalos estén tiernos y prácticamente no quede líquido en la sartén.
- Mientras tanto, picamos el perejil finamente.
- Acabado el tiempo de cocción, añadimos el perejil picado, removemos y apartamos del fuego. Servimos de inmediato.
Anotaciones y Consejos
Partiendo de las bases de este receta podéis preparar todo tipo de setas al ajillo.
Os recomendamos que compréis los níscalos a granel, ya que suelen ser más económicos que los que venden ya envasados. Del mismo modo, siempre saldrán mejor de precio si los compráis en mercados que en grandes superficies o supermercados.
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