Obesidad infantil: estrategias para prevenirla

Obesidad infantil: estrategias para prevenirla

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La obesidad infantil se extiende como una terrible plaga. Tanto es así, que en países como España un 13,9% de niños y jóvenes con edades comprendidas entre los 2 y los 24 años, son obesos, y un 12,4% presentan un peso por encima de lo que los expertos en nutrición consideran que sería acorde a su edad.  Este aumento de los casos de obesidad se debe a los cambios en la alimentación que se están produciendo desde hace algunos años. Donde antes se comían verduras, frutas y legumbres, ahora se comen fritos, bollería, bebidas azucaradas y alimentos altamente procesados.  En nuestros artículos sobre los perjuicios para la salud de la comida rápida, y el lado oscuro de las bebidas azucaradas, podéis ampliar vuestra información sobre por qué estos productos contribuyen al aumento de la obesidad.

La obesidad es una acumulan excesiva de grasa, que se mide en relación al promedio normal de peso, edad y talla. La grasa se empieza a acumular cuando las entradas de calorías superan a las salidas, es decir, cuando comemos más de lo que nuestro cuerpo necesita para afrontar el día. Y este es un problema añadido al que comentábamos en la introducción; además de cambiar nuestros hábitos alimenticios, estamos cambiando también hacia un tipo de vida más sedentaria. Los niños de hoy apenas se mueven, pasando horas ante la televisión , el ordenador, las consolas o las tan extendidas tablets.

En la actualidad, es habitual que los padres usen las chucherías como un modo de premiar a sus hijos, o como sustituto de las meriendas, siendo habitual ver a los más pequeños merendando productos de bollería.

Estos cambios en los hábitos alimenticios, en la reducción de la actividad física, y en la facilidad que tienen los pequeños para acceder a productos que no les aportan nutrientes, ha hecho que el porcentaje de obesidad infantil se dispare en países como España de un 5%, en el año 1990, hasta las cifras que apuntábamos en la introducción de este artículo.

La televisión y los medios de comunicación también juegan un papel destacable en este sentido. Con mensajes claros e imágenes llamativas, se promocionan productos de escaso valor nutricional. La televisión, por tanto, contribuye a crear malos hábitos entre la población.

El cambio en el estilo de vida, y el hecho de que la mujer haya asumido nuevos roles, también han provocado un cambio notable en la alimentación de las familias. Ahora la mujer también trabaja fuera del hogar, lo que hace que en muchos casos las familias se vean obligadas a optar por alimentos procesados. El hecho de que el hombre siga sin participar en las labores del hogar, favorece la entrada en los hogares de todo tipo de comida rápida.

Algunas consecuencias de la obesidad:

  • A corto plazo. Baja autoestima, asociada a exclusión social debido a la importancia que tiene la imagen en nuestra sociedad. Dificultad para realizar actividades deportivas.
  • A medio plazo. Incremento de diabetes tipo 2, problemas cardiovasculares, baja autoestima que puede dificultar las relaciones sociales, predisposición a padecer anorexia o bulimia en una edad más tardía.
  • A largo plazo. En el 75% de los casos, un niño obeso acaba siendo un adulto obeso. Un adulto obeso esta predispuesto a sufrir diversas dolencias; diabetes, osteoporosis, aumento del colesterol y cáncer.

¿Cómo mejorar la alimentación?

  • Desayunar. Como os contábamos en nuestro artículo; el desayuno, la comida más importante del día, es importante que los niños salgan de casa con un buen desayuno en el estómago.
  • Evitar las chuches y la bollería.
  • Preste atención al menú escolar. Si nos mantenemos informados de lo que nuestros hijos comen en el colegio, nos será más fácil hacerles seguir una alimentación equilibrada, complementando en casa este menú.
  • Evitar las comidas rápidas.
  • Aumentar el consumo de frutas y verduras.
  • Realizar 5 comidas al día. En nuestro artículo, ¿cuántas veces comes al día?, te explicamos la importancia de este punto.
  • No usar la comida como premio o castigo.  De este modo los niños no asociarán los alimentos a determinados estados de ánimo. El algunos hogares es habitual obligar al niño a comerse un plato de verdura, o premiarlo con un bollo o una chuche. Una simple muestra de admiración es el mejor premio que un hijo puede recibir de un padre.

¿Qué puede predisponer a la obesidad?

  • Comer viendo la televisión. Cuando comemos viendo la televisión, estamos atentos a señales externas y no prestamos atención a las señales que nos envía nuestro cuerpo, por ello, está demostrado que solemos ingerir mayor cantidad de alimento.
    • Además, los niños acaban asociando la acción de comer con ver la televisión, y será más fácil que un niño coma cuando vea a televisión.
    • Comiendo delante de la tele, estamos expuestos a muchos anuncios publicitarios sobre alimentos poco saludables y muy apetecibles para nuestro cerebro.
    • La televisión nos vuelve sedentarios, y esta inactividad, promovida desde la infancia, da lugar a adultos inactivos.
  • Dormir poco. Cada vez los niños se van más tarde a la cama. La falta de sueño conlleva, según algunos estudios, un aumento de apetito hacia alimentos ricos en calorías. En este sentido, es necesario establecer unos horarios, y evitar que tengan en sus cuartos televisores o consolas, que harán que los niños relacionen su habitación con un espacio para el ocio, lo que acabará dificultando el sueño.
  • Entretenerlos con comida. No debemos recurrir a la comida como una forma de entretenimiento. A menudo se recurre a la comida como una forma de afrontar un estado de decaimiento, como el caso del chocolate, que es usado como elemento tranquilizador. No debemos enseñar a los niños que la comida es una buena forma de calmar los nervios.
  • Ocio sin actividad.  La norma, hoy en día, es que los niños pasen horas delante de una pantalla. Si a esto le sumamos una ingesta de alimentos inadecuada, pronto aparecerán las primeras señales de sobrepeso. En este sentido, es recomendable intentar que los niños se diviertan con actividades físicas.

Conciencia a tus hijos

Es importante mantener, en todo momento, informados a nuestros hijos de los alimentos que son buenos para ellos y los que no. Es importante mantenernos firmes en nuestra decisiones de no dejarles abusar de algún alimento determinado, y hacerles entender que la alimentación es un tema muy importante y que de ella depende su buena salud. Hagamos que nuestros hijos se impliquen en la elaboración del menú semanal, y en todo lo que tenga que ver con la alimentación; dejémosles que nos ayuden a preparar la comida, que jueguen con los alimentos para crear bonitas decoraciones, y que, en definitiva, vean la comida como una parte muy importante de sus vidas.Los hábitos y costumbres de los mayores, son los que los niños acaban haciendo suyos. Por eso es muy importante que los padres traten de llevar una alimentación equilibrada, en la que los alimentos saludables sean los que llenen las despensas, solo así nuestros hijos sentarán sus bases para una alimentación adecuada en la edad adulta. Prediquemos con el ejemplo, no con la palabra. Imagen:flic.kr/p/7ypYtB Fuente:aecc.es

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Jose Balandin
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