Recetas con chocolate
Aunque el verdadero chocolate, el más puro, es amargo y su sabor es fuerte, intenso y seco, el chocolate está considerado como uno de los dulces por excelencia, y la perdición de los golosos. Blanco, negro o con leche, pocas personas se resisten a él, y seguro que con estas recetas con chocolate que hemos recopilado para vosotros nos daréis la razón. Sus orígenes se remontan a más de tres mil años atrás: en muchas zonas de América central ya tomaban bebidas de chocolate en el año 1900 a.C. Se utiliza tanto para elaborar platos dulces como salados, así como para rellenos, coberturas o acompañamientos, además de tomarse solo. Bienvenidos al mundo del chocolate, ¡del que no querréis salir! Y si buscáis más recetas con chocolate, en Cocina Casera las encontraréis.
Chocolate casero para churros y porras
Típicamente español, el chocolate a la taza es un desayuno o merienda que gusta a casi todo el mundo y que se suele acompañar de churros o porras, además de picatostes y otros dulces. Con esta receta aprenderéis a hacerlo en condiciones, y si os gusta más claro y ligero, lo que se llama chocolate a la francesa, solo tenéis que añadirle más leche.
Soufflé de chocolate
El soufflé es uno de los postres más llamativos, en los que siempre suele surgir el temor de que no suba o que se aplaste al sacarlo del horno. Sin embargo, lo importante no es que esté bonito por fuera, sino lo deliciosamente suave y ligero de su textura al comerlo. Este, de chocolate, no os defraudará.
Natiilas de chocolate
Una variante de las natillas tradicionales, estas natillas de chocolate os sorprenderán por su intenso sabor y su fácil elaboración. Se suelen acompañar con galletas, barquillos o bizcochos de soletilla, aunque son igualmente deliciosas si se toman solas. Su sabor, textura y aroma no tiene competencia.
Tarta de chocolate rellena de trufa
La tarta de chocolate es una de las tartas estrella en cumpleaños y celebraciones de todo tipo. Hoy vamos a enseñaros a preparar una rellena de trufa con la que os chuparéis los dedos, y que es muchísimo más fácil de hacer de lo que pensáis. Cuando la probéis, no podréis dejar de hacerla (ni de comerla).