El pan es una de los principales alimentos de la dieta de numerosos países, siendo de los pocos productos que se suele consumir a diario. Hasta hace unos años, era elaborado en el hogar o en grandes hornos comunitarios. En la actualidad, su producción está en manos de la industria alimentaria, lo que ha hecho que la calidad de este noble producto caiga en picado. Mientras que en un pan artesano, elaborado respetando los tiempos de fermentación, puede conservarse varios días en perfecto estado, el pan industrial suele ser incomible al día siguiente de adquirirlo, por lo que en la mayoría de ocasiones acaba en el cubo de la basura. Sin embargo, a partir de pan del día anterior, o incluso del que ya tiene varios días, se pueden hacer muchas elaboraciones, Hoy, en Cocina Casera, te contamos cómo aprovechar el pan duro.
Pan rallado. Para elaborarlo lo ideal es partir de un pan lo más seco posible, que tenga varios días. Una vez que ya lo tenemos listo, lo podemos conservar durante varias semanas en un recipiente hermético. Se puede utilizar en la elaboración de todo tipo de rebozados, albóndigas, croquetas, etc.
Picatostes. Estos dados de pan frito, u horneado, se elaboran fácilmente a partir de un pan del día anterior o con varios días, Es preferible que no esté totalmente seco para que no se nos rompa al cortarlo en dados. Es un producto ideal para añadir a sopas, cremas, ensaladas, etc, a las que aporta un delicoso toque crujiente. Además, podemos aromatizarlo con distintos tipos de aceites y hierbas, por lo que las posibilidades son ilimitadas.
Tostadas y mini pizzas. Con el pan del día anterior podemos elaborar unas deliciosas tostadas o unas mini pizzas. Cortamos el pan en rebanadas, las cubrimos con diversos ingredientes (como haríamos en el caso de una pizza) y las horneamos durante unos minutos. ¡Muy fácil y rico!
Sopas. El pan duro es un ingrediente ideal para la elaboración de diversos tipos de sopas, con él podemos hacer, entre otras, una rica sopa de cebolla, una sopa de ajos o una sopa de pollo.
Gazpachos y salmorejo. El pan es el ingrediente estrella en la elaboración de todo tipo de gazpachos y salmorejos. Úsalo para preparar el tradicional gazpacho andaluz, un rico y atrevido gazpacho de fresas, el clásico salmorejo cordobés, o para una versión más modernista de salmorejo de espárragos.
Base para tartas y quichés. Podemos aprovechar el pan duro como base de un quiché, para ello lo cortamos en finas láminas que distribuimos en la base de un molde. Para humedecer el pan podemos pincelarlo con una mezcla de huevo batido y leche.
Migas de pan crujiente. Parecidas a los picatostes pero de tamaño más pequeño. En este caso molemos el pan pero sin llegar al extremo del pan rallado. Salteamos en una sartén con un poco de mantequilla hasta que esté dorado. Lo podemos añadir a todo tipo de platos para aportar un delicioso toque crocante.
Torrijas. Con el pan del día anterior se pueden elaborar diversos postres, entre ellos tenemos las tradicionales torrijas de lechey las torrijas con miel. Otra versión menos conocida, pero igualmente deliciosa, son las torrrijas con vino tinto.
Budín o pudín de pan. Otro postre que se puede elaborar con pan es el clásico pudín. Para su prepararlo podemos emplear pan de varios días.
Esperamos que estas ideas os sean de gran ayuda para aprovechar hasta la última miga de ese pan que compráis a diario. Si conocéis otras formas de aprovecharlo estaremos encantados de que las compartáis con nosotros.
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